sábado, 31 de diciembre de 2011

Carta a mis pacientes



He decidido comenzar el año escribiendo una carta a mis pacientes, ahí os va...


Estimados pacientes:
Ya comprendo que no es demasiado usual que una médica les escriba una carta, y mucho menos si ni tan siquiera es su médica de cabecera (me gusta el término “de cabecera”…ya ven, qué tontería). Pero es que se me ocurren muchas cosas que decirles…Voy a ver si empiezo por lo más fácil. Como se pueden imaginar, se trata de pedirles disculpas; así como suena. Son muchas las veces que no soy todo lo amable que se merecen, no valen las excusas. No es de recibo que les diga, aunque en ocasiones es verdad, que si no lo soy es por culpa del cansancio o, incluso, de algo parecido al aburrimiento. Simplemente, no siempre soy amable; supongo que a ustedes les sucederá algo parecido en sus lugares de trabajo; solo que en el lugar y en la labor que yo desarrollo, la amabilidad en sí misma es, si no imprescindible, sí muy recomendable…pero ya ven, a veces no lo consigo: pido perdón por ello.
Pido disculpas por las ocasiones en las que mi gesto, mi palabra, mi mirada o mi actitud destilan una especie de impaciencia que no soy capaz de amordazar; siento que paguen ustedes los platos rotos de asuntos que debieran serles ajenos; todos tenemos problemas o problemillas, es verdad, y a veces no somos capaces de apartarlos de forma eficaz…Repito: no es una excusa, no pretendo justificarme.
Pido también disculpas por no saber transmitir, en ocasiones, la información necesaria y la serenidad que ustedes requieren cuando se dirigen a mí solicitando ayuda; me preocupa mucho este aspecto y, la verdad, no dar la talla me sabe muy, pero que muy mal…
Pido disculpas por mis errores, sin duda los hay, son inevitables. En mi descargo puedo decir que me esfuerzo mucho para que sean los menos posibles, espero que me crean. A pesar de este esfuerzo, siempre hay lugar para las equivocaciones, solo confío en que no tengan consecuencias demasiado graves para ustedes.
Bueno, paso ahora a pedirles su ayuda. Necesito su colaboración, su confianza me resulta imprescindible para llevar a cabo mi tarea, se lo aseguro. Necesito que vean en mí a una profesional y no a una rival; nuestros objetivos, los suyos y los míos, deberían de confluir la mayor parte de las veces. Al fin y al cabo, acuden por un problema de salud y yo soy la técnico que les puede ayudar, ¿no? Les pediría que hablen sin temor, que me expongan su problema confiando en que entre todos trataremos de encontrar la mejor solución posible. A veces puede que esta se demore más de lo que desearíamos, ustedes y yo misma, pero las prisas no son buenas consejeras. A veces, hay cosas que no tienen buen arreglo…
No es bueno que me sienta presionada o cuestionada en cada una de las decisiones clínicas que tomo; piensen que mis decisiones no responden a un capricho, son fruto de un proceso de reflexión y nacen desde el conocimiento y también desde la experiencia que no es más que otra forma de conocimiento. Mis decisiones, mis consejos, la exploración que solicito o que no solicito, el tratamiento que propongo o el que desestimo, puede no coincidir con sus deseos, bien lo sé, y a pesar de todo muchas veces tengo que mantenerme firme en estas decisiones porque plegarme a sus deseos no sería lo adecuado, espero que lo entiendan…Ustedes tienen todo el derecho del mundo a aceptarlas o no, pero yo tengo el derecho y el deber de actuar con responsabilidad, de acuerdo con mis conocimientos y mis habilidades.
Les pediría también que hagan un uso adecuado y respetuoso de los recursos sanitarios; utilicen sus propios recursos, hagan uso de su sentido común, no permitan que los profesionales de la salud les infantilicemos; no es bueno vivir tutorizado permanentemente. Ustedes son perfectamente capaces de resolver muchos pequeños problemas de salud y de resolver también por sus propios medios muchas situaciones vitales que, entre todos, hemos convertido en enfermedades ficticias. Piénsenlo.
Podría extenderme más, pero creo que lo principal está ya dicho. Espero que entre todos, las cosas vayan bien. Yo, por mi parte, me comprometo a no descuidar mi formación en todas las áreas necesarias y a mejorar los aspectos relacionales como es debido. Confío en que podamos llegar a pactos razonables, de modo que ustedes salgan de la consulta aliviados y esperanzados y que yo, al terminar mi jornada, siga pensando que mi trabajo es estupendo, estimulante y enriquecedor y que fue todo un acierto la elección que hice hace ya años cuando elegí estudiar Medicina.
¡Salud!
1 de enero de 2012

viernes, 30 de diciembre de 2011

¡Felices fiestas! Urte berri on!


Creo que estaba confundida; pensaba que no me gustaban las Navidades y resulta ¡que va a ser que sí! Porque, a ver, preguntas claves:
¿Te gusta la buena mesa, comer cosas ricas y eso…?: pues sí, la verdad, me encanta. Incluso aunque luego tenga un poco de ardor y piense que no voy a volver a abrir el pico en una semana, me dura poco, o sea que me compensa el esfuerzo…
¿Te gusta juntarte con tu familia?: pues sí, me río mucho con ellos. Ya se sabe, hay algunos temas “prohibidos”: no religión, no política. De fútbol, se puede hablar: estamos todos de acuerdo, ¡AUPA REAAAAAL!
¿Te gustan las largas sobremesas, cánticos incluidos?: pues sí…me encantan. Empezar con villancicos y acabar con jotas y coplillas varias. Eso sí, ojalá que mi hermano esté afónico: es un destroza-canciones, insufrible…
¿Te gusta hacer regalos y que te regalen?: pues sí. Y eso que no suelo tener muy buenas ideas, pero la intención es lo que vale, ¿no?
Así que por fin puedo decir: ¡me encanta la Navidad!
¡Hala, a disfrutar! Si te gustan mejor, y si no te gustan son sólo un par de semanas…


¡Felices fiestas! Urte berri on!




Idoia&Marilis

jueves, 29 de diciembre de 2011

Receta electrónica: sin prisa pero sin pausa, por favor



Ayer leí en el Diario Vasco que se iba a retrasar la implantación de la receta electrónica en Euskadi hasta finales de 2012. Supongo que la noticia habrá aliviado a muchos de los compañeros que trabajan en Atención Primaria “diurna”. A nosotros, los que trabajamos en el PAC, los ajustados plazos en los que se pretendía implantar no nos suponía tanto agobio como a ellos; a fin de cuentas, familiarizarnos con el nuevo programa de prescripción de recetas agudas o a demanda, no representaba un esfuerzo inasumible…Los cambios aunque aporten ventajas, aunque se consideren necesarios, aunque se adivinen sus bondades, son siempre o casi siempre difíciles; y si además requieren un esfuerzo importante y se llevan a cabo apremiados por el tiempo, sin que se entiendan bien “las prisas” para su implementación, se hacen realmente muy cuesta arriba. Menos mal que en este caso parece que el sentido común y el sentido de la realidad parecen haberse aunado…Confiamos en que la receta electrónica, con el tiempo, se convierta en una herramienta eficaz y útil para todos, profesionales y, por supuesto, pacientes.

martes, 27 de diciembre de 2011

Pequeñas cosas (o no tan pequeñas...): partir pastillas

La imagen es de aquí

Nos ha parecido interesante y curioso el análisis que hacen en 3 clics Atención primaria basada en la evidencia sobre un artículo que habla sobre la cantidad de fármaco que se pierde al fragmentar los comprimidos a través de diferentes medios, práctica bastante habitual en muchos casos. Por lo visto, el método que menos pérdida supone es el uso para este menester de dispositivos especiales. Como dicen los autores no sólo importa el qué, sino también el cómo...¡y el cuánto!
Aprovechamos la oportunidad para invitaros a que os deis un paseo por esta página que nos parece que merece la pena, tiene muchas cosas y bien interesantes.

viernes, 23 de diciembre de 2011

Música con mensaje para este viernes

Bueno, confieso que tengo envidia de los relatos de Marilis que son muchas veces los que más audiencia consiguen. Pero como yo no puedo escribir como ella...este viernes os dejo una película de dibujos animados que a mi me ha gustado mucho.

martes, 20 de diciembre de 2011

Prescripción de fármacos en la lactancia

La imagen es de aquí



A mí me surgen dudas con frecuencia, ¿a vosotros?. Son muchas las herramientas disponibles para solventarlas, algunas de ellas de sobra conocidas. Hoy os sugiero este recurso que he conocido gracias a una colega residente con la que tengo la suerte de compartir alguna de mis guardias; se trata de una página elaborada por el Servicio de Pediatría del Hospital de Denia y me ha parecido que está muy bien.

Os pongo también el enlace al INFAC (soy adicta al INFAC...) que trata sobre el mismo tema, aporta también sugerencias interesantes a la hora de administrar tratamiento farmacológico a las mujeres que están lactando.

Espero que os sea de utilidad. ¡Ah, y gracias Yolanda!

viernes, 16 de diciembre de 2011

Ciencia y Arte

Asclepio, dios griego de la Medicina y de la curación. La imagen es de aquí.
Que tengo una cierta “manía” por las palabras y sus significados, es un asunto que me viene de lejos…Medicina: “Ciencia y arte de precaver y curar las enfermedades del cuerpo humano”, según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua. Es, a mi entender, una bonita definición y muy certera…Engloba los dos aspectos claves para desempeñar nuestra tarea: el conocimiento científico y el arte de saber administrarlo. La ciencia, el conocimiento, sin la habilidad de hacerlo efectivo, sin la capacidad de comprender, de escuchar, de tener en cuenta la biografía del que padece la enfermedad, sin la palabra adecuada y el gesto que la acompaña pierde parte de su eficacia; del mismo modo la sensibilidad, la escucha, la palabra bien intencionada es también insuficiente si no va acompañado del necesario conocimiento porque es justamente en esto, en el conocimiento, en lo que nos diferenciamos los profesionales de la salud de aquellas otras personas cercanas al paciente y que buscan, anhelantes, como nosotros el bienestar para el enfermo. De modo que crecer en estas materias es un deber para los profesionales; tenemos que mejorar nuestras habilidades en comunicación y tenemos que profundizar en nuestros conocimientos buscando las respuestas a nuestras dudas en las fuentes más fiables, de tal manera que nuestra toma de decisiones se apoye firmemente en estos pilares aunque a veces no coincidan plenamente con los deseos de quien está al otro lado de la mesa…Somos profesionales y también personas; hacer de nuestro trabajo sólo arte o sólo ciencia es un error; conjugar ambos aspectos es, muchas veces, un milagro y otras tantas una satisfacción. Y estamos obligados a intentarlo, tal y como lo señala el Código Deontológico que bucea en estos y otros aspectos relacionados con nuestra profesión. Su lectura resulta interesante.

martes, 13 de diciembre de 2011

Penfigoide ampolloso

Vi a Pedro hace unos 10 días, tiene 83 años. Consultaba por presentar inflamación en la mano y el antebrazo derechos. Tenía prurito y no refería dolor, fiebre o clínica sistémica. Todo ello de unas 48h de evolución. El brazo y la mano presentaban  edema y eritema, más bien de color rosa, sin limites claros. No había un claro aumento de la temperatura y tampoco era doloroso a la palpación. Aunque no estaba nada convencida de que fuese una celulitis, inicié tratamiento con antibiótico. A la semana el edema había disminuido y había aparecido una vesícula de 1x1cm a tensión y ¡había afectación en la mano y antebrazo izquierdo! donde también presntaba una vesícula similar. El prurito continuaba, aunque no parecía exagerado. Esto sí que ya no me cuadraba nada y aunque indiqué que mantuviera el tratamiento hasta concluir la tanda...me quedé dándole vueltas. Me acordé de los penfigos, penfigoides...¡algo me sonaba! Vi las fotos en Google y me pareció que podría ser. Se lo comenté a la dermatóloga y me dijo que casí seguro era un penfigoide ampolloso.
                                                    Se trata de una enfermedad autoinmune que produce ampollas subepidérmicas y que afecta con frecuencia a las personas ancianas. Sus ampollas son más firmes que las del pénfigo que se rompen facilmente. Algunos medicamentos que pueden estar implicados en su aparición son: furosemida, penicilamina, captopril, sulfasalacina y en general los que contienen un grupo sulfidrilo. Pedro no toma ninguno de ellos. Para confirmar el diagnóstico es necesario la biopsia.
                                                   El tratamiento es en principio con corticoides tópicos de potencia alta, clobetasol en este caso. Me ha indicado la dermatóloga una pauta descendente durante 5 semanas (1ª semana: 1apl/24h; 2º y 3ª semana: 1apl/48h; 4ª y 5ª semana: 1apl/72h). En caso de mala evolución habría que utilizar la vía oral.
                                                   La foto corresponde al brazo izquierdo, se ven ampollas de dos tamaños y en la parte de abajo una en resolución.
                                               En Dermapixel lo cuenta pero que muy bien.


Bibliografía
PENFIGOIDE AMPOLLOSO, HERPES GESTACIONAL Y PENFIGOIDE CICATRICIAL 
Goldstein BO, Goldstein AO. Bullous pemphigoid and other pemphigoid disorders. In: UpToDate, Basow, DS (Ed), UpToDate, Waltham, MA, 2011.

martes, 6 de diciembre de 2011

¿Suturar o no suturar?: esa es la cuestión...



Supongo que como yo, en más de una ocasión os habréis planteado la necesidad de suturar o no heridas pequeñas, de esas que el cuchillo o la lata traicionera ocasionan en los dedos o en la mano…Este artículo trata sobre este asunto, al igual que el informe de la GCS de la Biblioteca Cochrane Plus que lo analiza.

Se trata de un estudio aleatorizado realizado en el Servicio de Urgencias de un hospital de San Francisco. Incluye un número pequeño de pacientes con heridas en la mano menores de 2cm, no complicadas y con criterios de exclusión bien definidos. Cabe destacar que el número de pacientes incluidos representó el 80% de los pacientes que acudieron al servicio por heridas en la mano durante el tiempo que se desarrolló el estudio. Para no aburriros, os adelanto que las conclusiones no dejan lugar a la duda: las heridas no mayores de 2cm en la mano y no complicadas no precisan ser suturadas; su tratamiento conservador con cura local arroja idénticos resultados en cuanto a criterios de funcionalidad, estética y tiempo requerido hasta su curación. Sólo en un caso de las suturadas hubo infección. En cuanto al dolor y al tiempo invertido durante la cura, fueron superiores en el grupo de los pacientes suturados.
No es que sea un problema severo de salud, pero sí tiene su importancia si tenemos en cuenta que se tratan de de situaciones muy frecuentes, así como el tiempo y los recursos empleados en su manejo.

viernes, 2 de diciembre de 2011

Bi kate: gogo eta gorputzaren zilbor hestea (Dos cadenas: el cordón umbilical del espíritu y el del cuerpo)

Para compartir, en especial con aquellos a los que, como a mí, se les caducan los yogures en el frigorífico, tienen más sitio en casa y en los armarios, y el nido (¡ay!) más vacío...
Ley de vida
A pesar de que sabe que debe ser así, de que tiene que estar contenta, siente un nudo en la garganta. Pasa los días como de puntillas, sin detenerse a pensar demasiado, es mejor así…O tal vez es que no sabe hacerlo de otra manera; hace ya tiempo que temía este momento. Le irrita que le digan que “es ley de vida”: ¡ya lo sabe! Pero no le gustan las cartas de la baraja con las que ahora le toca jugar. No, no le gustan.
Echa de menos el ruido de su llave al abrir la puerta, su presencia bulliciosa, sus movimientos rápidos, siempre parecía tener prisa…Y recuerda con una sonrisa lo atolondrado que era de pequeño, aquel genio que tanto le preocupaba, sus rabietas, su pelo tieso y su mirada inquieta e inocente. Sus pequeñas manos jugueteando una y otra vez con las canicas de colores, sus pantalones rozados en las rodillas, los pelillos pegados por el sudor en las sienes, su risa de jilguero, su forma de caminar como a saltitos, la paz que destilaba cuando, cansado, por fin se dormía…Y echa de menos a aquel adolescente de gestos bruscos, de incipiente y escasa barba , echa de menos su pelo largo y liso, sus desaires ocasionales, su genio vivo, su indolencia, su caminar desgarbado, su mirada viva, su bolsa de deportes instalada casi perpetuamente donde más estorba, su forma de pedir disculpas, su beso al llegar a casa, su abrazo inesperado…Echa mucho, pero mucho, de menos su voz de hombre joven, la mirada cómplice cuando menos lo esperas, la charla al mediodía sentados a la mesa, su ayuda cuando tienden la ropa o vacían el lavavajillas, su compañía silenciosa mientras ven una peli insulsa en la tele, sus suspiros de desesperación mientras le explica algún “misterio” informático que ella nunca es capaz de entender a la primera…
Echa de menos todas y cada una de las mañanas de los últimos veinticuatro años en las que ella pensaba de cuatro en cuatro y que ahora se han transformado en tres más uno…Y aunque sabe de sobra que nada es para siempre, maldice la tiranía del tiempo que pasa y anima al pajarillo a dejar el nido que le vio crecer y le empuja a construir el suyo propio.
Ella sabe que se acostumbrará a su ausencia; después de todo, ¡es ley de vida! Buena suerte, feliz vuelo, que el viento sople a tu favor.